Pongamos que hablo de Palmira

Hace muchos (cerca de 25) años atrás vivia yo en Nueva Palmira (Palmira para los lugareños), una "cuidad" uruguaya de cerca de 7.000 habitantes. Es ahí donde viven mis padres y la mayoría de mis hermanos. Es muy linda, por si quieren visitarla.

En aquella época, jugaba al fútbol en el "Club Atlético Independiente" en la categoría cadetes. Por esos años, salimos campeones un par de veces del campeonato local. Independiente era un club bastante organizado, nos daba camisetas, medias y nos obligaba a entrenar un par de veces por semana. La cancha de fútbol de Independiente, quedaba a las afueras de Palmira. Aclaro por las dudas, que "a las afueras" de Palmira, significa que habia que recorrer 2 kilómetros desde que terminaban las casas, porque por suerte en Palmira todo queda muy cerca. Ibamos en bicicleta a practicar en la cancha, que estaba rodeada por campos y árboles. Muchas veces había en los costados vacas y caballos pastando (Estimado lector, por favor, evitar el chiste fácil de comparar los animales de adentro y de afuera de la cancha).

Hace un tiempo que me enteré que el "Club Atlético Independiente" había decidido hacer cambios para poder servir mejor a sus asociados. En una muestra de visión y compromiso con la juventud y el deporte, vendió su cancha de fútbol, para ampliar la cancha de bochas y dejarla de la medidas reglamentarias.

Así está el fútbol uruguayo...


PD: Algún día voy a escribir un postergado post sobre la influencia nefasta del golero de goma de Cacho Bochinche en los niños uruguayos, que aprenden a patear penales apuntándole al golero en vez de intentar hacer goles. Es una teoría que me comentó un amigo y perfectamente puede ser la principal causa del estado de nuestro principal deporte.