Sinusitis, aviones y barquitos.

Hoy me levanté quejoso e intolerante.

Me tocó venir nuevamente a Costa Rica. Por desgracia los muchachos de COPA, cambiaron los horarios de los vuelos, y ahora sale a la práctica hora de las 5:15 de la mañana, con lo cual no se puede dormir completa una noche ni en la cama ni en el avión, porque hay que estar las 3 y pico de la madrugada en el aeropuerto. Hasta hace unos meses, este viaje lo hacíamos a la tarde, lo cual era bastante mejor. Eso pasa por vivir en Montevideo la capital mas austral del mundo...

Para complicar un poco más la cosa, me vino una sinusitis brava y con los cambios de presión de las cabinas de los aviones, no es algo placentero. Es una sensación rara, pues por momentos es como si tuviera un hacha clavada en la frente y en otros es como tener una bola de Novopren en la cabeza.

Por último, en el trayecto Panamá - San José me toco de compañero de fila de asiento un señor que consideró bueno llevar como souvenir un barco de madera de unos 80 cm de largo, con varios mástiles y velas, los cuales asomaban para afuera del bolso, porque no podía cerrar las cremalleras. Lo puso en el compartimiento de arriba y no dejaba que nadie pusiera cerca alguna valija, porque se lo podían romper. A mi no me tocó soportarlo pues subi antes que él pero dio un espectáculo lamentable.

Como cosa buena, no tuvimos ningún retraso y todos los vuelos fueron perfectos a pesar de la lluvia y el viento.